Recientemente la autora Mackenzie Wark intentó poner en palabras la experiencia de las raves. En la crónica que hizo sobre “Raving” para Vice, Janus Rose decía: “...las raves se describen con frecuencia como espacios utópicos con posibilidades utópicas: las raves son una práctica colaborativa y todos obtienen lo que aportan a ellas. Los anfitriones proporcionan el espacio físico y crean el ambiente; los DJ’s traen buenas melodías para crear atmósferas; los promotores traen los ravers, y los ravers traen las vibras”.

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En esa conversación ambas autoras coinciden en que la rave es un espacio donde el tiempo se distorsiona, en que se difuminan traumas (ambas son mujeres trans) y en que son la conexión más pura con la sensación del ahora.

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Nosotros pensamos: ¿No debería ocurrir lo mismo en cualquier experiencia de baile?

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Desde vivencias propias, y luego desde nuestra actividad produciendo eventos, viendo al público disfrutar en la pista, nos habíamos atrevido a concluir que BAILAR ES BUENO y lo convertimos en el lema y hashtag de Glovox.

Creamos este experimento audiovisual para comprobar esa teoría. Tomamos nuestro hashtag y lo llevamos a ser analizado y discutido por personajes notorios de diversos ámbitos, géneros, edades y backgrounds. Descubrimos que BAILAR NO SÓLO ES BUENO, también es INEVITABLE, TERAPÉUTICO, LIBERADOR, PLACENTERO, SALVAJE, SEXY, NECESARIO, entre muchos otros atributos.

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Como nos explica en su capítulo Gabriel León -divulgador científico, autor del libro “La ciencia Pop” y conductor del programa radial-, “bailar es algo definitorio en nuestra especie, somos un tipo de primate al que le gusta bailar”. Mientras él nos introdujo en una dimensión científica e histórica del baile, con la destacada periodista y escritora Alejandra Matus abordamos la dimensión política y cultural: bailar restablece la conexión con el cuerpo que la civilización occidental y la influencia europea nos ha enseñado a negar y sacrificar en pos de la razón, lo lógico y lo útil. El reconocido chef Benjamín Nast habló de “hedonismo” y los mimos que nuestros sentidos demandan cada cierto tiempo, prácticamente lo mismo que él propone con sus sabores.

Jane Morgan -o Japi Jane- nos hizo ver que no hay nada más parecido a un acto sexual, con uno mismo o con alguien más, que básicamente es un pantomima del acto con ropa, y que en muchas fantasías es el preámbulo de una aventura. Ella y de alguna u otra manera todos los entrevistados coincidieron en que bailar se trata de una liberación de energía, en que reprimirla es dañino. Fran Straube -vocalista de Rubio- habló de la contención a la que nos forzamos permanentemente para ser miembros respetables de la sociedad; tocando una nota similar, la actriz Blanca Lewin habló de lo terapéutico del baile y el artista visual Caiozzama se se refiere a la privación de baile como una sensación física.

Al momento de lanzar estos primeros capítulos de #BAILAR ES BUENO aún nos quedan conversaciones pendientes con personajes tan interesantes como el compositor y director de orquesta Sebastián Errazuriz y la diseñadora de moda Magdalena Olazabal, pero estamos seguros de que seguiremos revelando dimensiones distintas de la relación entre la música, el movimiento y nuestras terminales nerviosas; demostrando que bailar es de todo, menos una frivolidad o una pérdida de tiempo.

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Empezamos esta entrega semanal con una generosidad similar a la de nuestros entrevistados. Partimos con las visiones, preferencias y relaciones particulares con el baile de dos grandes artistas: Blanca Lewin y Caiozzama. Inauguramos esta aventura también con la guia experta de Jane Morgan, a.k.a. Japi Jane.

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Agradecemos a los tres y en esta ocasión a Radio Universo por permitirnos grabar en sus dependencias. 

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