¿Cómo nace El Borde?

El Borde nace por consecuencia de años viviendo en Nueva York, tomando conciencia de como funciona la industria alimentaria, queriendo tener acceso a buena comida libre de químicos, antibióticos y fertilizante, comencé a cultivar hierbas en mi ventana y quise saber más, lo que me llevó a una charla de Permacultura, el tipo que la daba dirigía una huerta comunitaria con principios de Permacultura en el medio de Brooklyn y resultó que quedaba cerca y comencé a voluntariar los fines de semana, cultivando mis propias verduras en comunidad y quise saber más, así que busqué cursos y me encontré con Farm School NYC que tenía un certificado llamado Agricultura Urbana y Justicia Alimentaria y postulé y me aceptaron.

Llevaba 10 años trabajando en fotografía y las artes y me estaba dando cuenta que vivía en un circulo vicioso de trabajos sin futuro y que mi pasión por la fotografía no iba por el lado comercial y sentía que tenía hacer un cambio, y me pregunté que otra cosa me apasionaba, que pudiese ver un futuro viable y al mismo tiempo hacer una diferencia, aportar algo a este planeta que tanto lo necesita y se me aclaró la película.

Nunca pensé que volvería a Chile, pero cuando me imaginé El Borde, vi una necesidad mucho más grande en Chile que en Estados Unidos y me puse en campaña armando el proyecto, aprendiendo, haciendo el plan de negocios y buscando terreno. Luego de 3 años me vine a Santa Ana a empezar El Borde.

¿A qué nivel y cómo cambiaron los hábitos alimenticios tras la pandemia?

La verdad es que no se a que nivel han cambiado los hábitos pero yo he observado es que hay dos tendencias: la desechable, donde todo se lleva a la puerta de la casas envuelto individualmente y la regenerativa, donde la gente busca algo más cercano y natural. Yo espero que la ruta regenerativa sea la que predomine porque necesitamos ser agentes de cambio positivo y comenzar a revertir el daño que como raza hemos causado.

Creo que la gente está tomando más conciencia de lo que consume y buscando una conexión con la tierra y la naturaleza, lo que va ligado también a el punto de inflexión que estamos viviendo como planeta; el cambio climático y la explotación de los recursos nos obligan, como populación, a hacer cambios en nuestros hábitos de consumo buscando productos más sanos, reciclables, reutilizables y renovables, lo que también incentiva la creatividad y explorar nuevas experiencias también en la cocina.

¿Qué es la Agricultura Apoyada por la Comunidad?

Para abreviar le decimos AAC y es un sistema que surgió en la década del 60 en Alemania, Suiza y Japón como respuesta a preocupaciones por la seguridad alimentaria y la urbanización e industrialización de la agricultura, con la idea de volver a alimentarse en armonía con las temporadas, disfrutando de una dieta rica, balanceada y natural, en la que las personas conocen a su productor, saben de dónde viene su comida y tienen un vinculo directo con sus alimentos dándole más seguridad alimentaria. Creemos que estamos viviendo un momento donde esto es evidente y necesario.

Hay distintos modelos de AAC pero en El Borde significa que al hacerte miembro de la AAC estás invirtiendo en una acción de la producción de la temporada pagando por adelantado la temporada completa. Te comprometes con El Borde y El Borde se compromete contigo, y cada semana o semana por medio, según la suscripción, recibes una canasta de hortalizas y hierbas frescas y variadas, cultivados con métodos orgánicos y biointensivos. Tú sabes de donde vienen tu alimentos y tienes un contacto directo con quienes los cultivan compartiendo los riesgos pero también la abundancia.

Hacemos un pacto.

Además, te unes a una comunidad de gente con ideas y un lenguaje en común, preocupados por el impacto que generamos en el entorno y buscamos una forma más sensata de consumir. Donde compartimos recetas, recomendaciones, formas de guardar los productos para que duren más y muchos más. Aprendemos los unos de los otros y hay una comunicación abierta, amorosa y consciente.