El Brutalismo contraataca
Una forma de arquitectura que surgió tras la Segunda Guerra Mundial con el nombre de brutalismo, por el uso masivo del 'betón brut', 'raw concrete' u hormigón que muestra los patrones y costuras impresos en él por el encofrado; intensamente criticado en décadas anteriores, repunta hoy como referente visual y constructivo, ¿por qué?
El Barbican Estate es un gigantesco complejo residencial en el área central de Londres, construido entre 1965 y 1976, originalmente para profesionales de clases medias y medias altas, que además alberga en sus terrenos el Barbican Arts Centre, el Museum of London y la Guildhall School of Music and Drama, entre otros edificios institucionales.
Hace pocos años tuve la suerte de conocerlo por dentro gracias a la invitación de una residente y experta en la arquitectura que caracteriza el complejo: el brutalismo. Gaby Morris es una de las fundadoras de GreyScape, un grupo que celebra el brutalismo y la arquitectura modernista reuniendo y organizando información y registro en productos como las Guía Brutalista de Londres, un mapa desplegable con todos los edificios de interés para los fans de esa arquitectura. En medio de las majestuosas fuentes del Barbican, Gaby pedía imaginar las bombas cayendo sobre esta misma área, una de las más devastadas durante la segunda guerra mundial. Junto al avance técnico en el uso del concreto, ese hecho explica que la reconstrucción ahí buscara categoría de portento y fuera tan formidablemente sólida.
“Betón brut” es la expresión francesa para el concreto a la vista o crudo. Su uso mejor logrado normalmente se asocia a nombres como el de Le Corbusier, Alison y Peter Smithson, Emö Goldfinger, Chamberlin, Powell y Bon (oficina tras el proyecto Barbican) y Louis Kahn, entre otros. Los detractores de este movimiento han llamado a sus obras guetos y monstruosidades, especialmente las que han caído en peores condiciones alrededor de la década de los 90. Pero ¿cuánto de esa decadencia es directamente causa de su arquitectura? El excelente estado de conservación y las decenas de admiradores de la arquitectura, el diseño y la fotografía que atrae diariamente hacen del Barbican un buen argumento en torno a una creciente revalorización del brutalismo.
Los elementos modulares, la sensación monolítica, la geometría humanizada, una cierta cualidad gráfica e incluso un discurso en torno a una forma de habitar más democrática y comunitaria; un futurismo utópico en suma, son algunas de las razones tras el “come back” del brutalismo, fenómeno que se aprecia en la forma de numerosas comunidade dedicadas al registro de sus obras en instagram y como influencia en el diseño de edificios y mobiliario reciente.
Aquí te dejamos algunas cuentas para seguir si te entusiasman las posibilidades del betón brut.
En varias de ellas aparece fotografiado el edificio de la Municipalidad de Las Condes. Esa consideración puede ser controversial, pero el edificio de la Cooperativa Eléctrica de Chillán es indiscutiblemente una joya brutalista en Chile.
La misma materialidad que antes daba a alguna gente la sensación de frialdad, hoy inspira una calma relacionada con lo imperecedero. Las superficies sin terminaciones, las texturas crudas, los colores neutros dialogan perfectamente con acentos de color, con madera y metal pulido, como demuestran tendencias recientes en diseño de interiores.
Terrestre Hotel, Puerto Escondido, Mexico.
Una obra clásica de Marcel Breuer convertida recientemente en el Hotel Marcel en New Haven, EE.UU.
December 4, 2023