Todos hemos escuchado la historia de cómo a los soldados chilenos que combatían en la Guerra del Pacifico se les suministró un brebaje que contenía aguardiente y pólvora negra, de cómo este les dio fuerza sobrehumana y fueron capaces de tomarse el Morro de Arica en minutos. Todos conocemos el mito, pero solo a José Covarrubias se le ocurrió tomarlo y convertirlo en un licor premium y una excelente historia que compartir en la mesa.

José es arquitecto y además se considera maker. Desde su ámbito había intentado algunos emprendimientos antes, pero cuando la pandemia se llevó su trabajo formal en la oficina de un reputado interiorista, tuvo que expandir su horizonte de posibilidades y la historia de la chupilca del diablo vino a su mente. El plan era crear el licor chileno por excelencia, una cara visible hacia el mercado de los espirituosos. 

Después de talleres y mucha experimentación en un alambique de cobre en su casa, José llega a una fórmula base y empieza el desarrollo con la destilería Zunda, reconocida por fabricar varias marcas de gin nacional. En Mayo de 2021 nace la primera botella oficial de La Chupilca 

Hasta hace poco hablar de la chupilca retraía al campo chileno y una mezcla de vino o chicha con harina tostada; si le agregaremos el diablo los ingredientes cambiaban a la improbable combinación de aguardiente y pólvora. Pero el licor premiado con Gran Oro por los Catador World Spirits Awards 20 2021 (a solo seis meses de haber visto la luz) propone algo mucho más rico e innovador: una base de aguardiente de nueve destilaciones, pimienta negra, lucuma (el oro de los incas), caramelo (para equilibrio del dulzor) y roble francés tostado (para notas de madera y humo).

Tras dos años y medio La Chupilca se vende en más de 40 establecimientos a lo largo de Chile: entre los bares que lo han adoptado como nuevo insumo para coctelería de autor hay algunos tan cool como el Caoba de Alonso de Cordova, Rooftop 947, el Piso 2 de destilería Zunda, Gracielo Bar y Duran de Concepción. También se encuentra en webs,  tiendas gourmet y muchos influenciadores lo están incorporando en recetas cheesecake y hasta pollo a La Chupilca. 

Está abierto a discusión si un licor así se expresa bien con una bebida cola, pero quienes han probado “chupilcola” no se han arrepentido, todo lo contrario. En sour es un tremendo acierto. 

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