El 10 de mayo de 2024, se inauguró en Nueva York y Dublín un portal temporal que conectaba ambas ciudades en tiempo real. Esta iniciativa artística, conocida como "Portal", consiste en dos esculturas cilíndricas de gran tamaño con pantallas LED que transmiten imágenes en vivo desde la ciudad opuesta.

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Durante siete días, el Portal se convirtió en un punto de encuentro para personas de todo el mundo, ofreciendo una experiencia única de conexión e interacción transatlántica. Las imágenes en vivo mostraban la vida cotidiana de ambas ciudades, desde el bullicio de las calles hasta momentos más íntimos y personales.

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La organización detrás de las obras es Portals.org, que ya había instalado portales en otros países como Polonia y Lituania en el año 2021. Pero el fundador de las esculturas es Benediktas Gylys un artista, autor y empresario lituano.

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Reacciones y repercusiones

La reacción del público al Portal fue tan diversa como polémica. Muchos visitantes se sintieron fascinados por la oportunidad de ver y escuchar en tiempo real lo que sucede en una ciudad tan lejana; también generó reflexiones sobre la globalización, la comunicación y la naturaleza de la presencia física.

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Sin embargo, algunos usuarios aprovecharon el anonimato del portal para realizar actos inapropiados, lo que obligó a los organizadores a implementar medidas de moderación. Además, se generaron debates sobre la privacidad y el impacto potencial de este tipo de tecnología en la interacción social.

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La obra creada por el artista lituano Benediktas Gylys, se volvió viral luego de que, a las pocas horas de abrirse el portal, un usuario irlandés mostrara desde su celular una imagen del atentado a las Torres Gemelas a los usuarios neoyorquinos. Este, sin embargo, no fue el único “uso inapropiado” que llevó a la decisión de cerrar las instalaciones.

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El cierre del portal y su legado

El 17 de mayo de 2024, el Portal fue desmantelado temporalmente debido a los incidentes inapropiados y a la necesidad de realizar mejoras técnicas. A pesar de su breve inauguración, la experiencia dejó una huella significativa en las personas que lo visitaron y en la percepción pública de las posibilidades de la tecnología para conectar a las personas a través de grandes distancias.

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De todas formas, "Portal" abrió nuevamente, luego de que los organizadores de la exhibición implementaran una “solución por proximidad”, poniendo rejas extras y espacios entre los portales y el público. La ciudad de Dublín, por su parte, tomó precauciones adicionales y limitó el horario de uso del portal, de 11 de la mañana a 9 de la noche, lo que se traduce en Nueva York en horarios para interactuar entre las 6 de la mañana y las 4 de la tarde.

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Más allá de la polémica

La historia del Portal Nueva York - Dublín es un recordatorio del poder de la tecnología para conectar a las personas y crear experiencias compartidas. También invita a reflexionar sobre la responsabilidad en el uso de estas herramientas y la importancia de mantener un equilibrio entre la innovación y la ética.

Esta instalación puede ser vista como un experimento pionero en el ámbito del arte y la tecnología, con el potencial de transformar la forma en que nos comunicamos y experimentamos el mundo que nos rodea.

Además, esta es solo la primera parte de la obra. A pesar de los contratiempos, el proyecto sigue firme y hay portales ya planeados para Polonia, Lituania y Brasil, con la esperanza de que estos espacios continúen promoviendo el entendimiento y la unidad global.