
Los 12 relatos ganadores de la XXIV edición del concurso de cuentos breves “Santiago en 100 palabras”
La ex fábrica Machasa, la Avenida Grecia y el barrio Franklin fueron algunos de los paisajes urbanos que inspiraron los relatos ganadores del concurso Santiago en 100 Palabras 2025, organizado por Escondida | BHP y Fundación Plagio. Este año se recibieron más de 52 mil cuentos, de los cuales se seleccionaron 12 escritos por personas entre 11 y 75 años. “Estos relatos nos llamaron la atención porque logran recorrer la ciudad combinando imaginación, crítica y humor”, explicó María José Ferrada, parte del jurado junto a Alejandra Costamagna y Carmen García Palma. Los cuentos ganadores se exhibirán próximamente en paraderos de micro y también se publicarán en un libro de bolsillo gratuito que estará disponible en 2026. ¡Revísalos a continuación!
Último sueño de un condenado
Una enorme cabeza de piedra blanquecina y pulcramente esculpida comenzó a rodar cerro abajo, por avenida Grecia, a velocidad submarina. Medía once metros desde el mentón hasta la coronilla y, salvo por su continua expresión de horror marcial, era hermosa. Rodó caótica y maravillosamente lenta, destruyendo todo a su paso como un caracol implacable: autopistas, consultorios, amasanderías, bancos. Al quinto día se detuvo frente al pedestal vacío, se montó sobre él y bostezó enfáticamente hasta partirse en dos como una nuez. De su interior brotó, algo indecisa, una cajita musical con las cumbias que echarían a andar nuevamente al país.
Primer Lugar
Daniel Montero Espinoza, 32 años, La Florida.
Rhovan
Rhovan llevaba veinte años en la Machasa. Las máquinas no callaban nunca y el reloj marcaba horas que no le pertenecían. En la cantina, un viejo hablaba de lugares donde el viento no traía órdenes y los días no se medían en turnos. Esa noche, Rhovan salió sin despedirse. La ciudad no lo detuvo, la empresa no preguntó. Caminó hasta que el humo quedó atrás y el suelo dejó de ser gris. Se quitó los zapatos. La hierba estaba fría, el aire liviano. Miró sus manos vacías por primera vez. Y sonrió como si recordara algo olvidado.
Segundo Lugar
Vicente Bustos Rubio, 16 años, Las Condes.
Costanera
Avanzamos flanqueados por la carne y la ropa en oferta. Subimos por las lentas escaleras mecánicas. Un opresivo ambiente de muerto triste se nos cuelga de los hombros y nos acompaña. Compramos las zapatillas sin asomarnos nunca al vacío, sin mirar arriba, sin mirar abajo, sin mirar a nadie.
Tercer Lugar
Felipe Barros González, 31 años, Valparaíso.
La Flaca
La veía pasar todos los días, cada vez más enjuta y con menos pelo. Su voz también cada vez más grave pronunciaba el saludo, mientras sacudía la caja de vino para humedecer su garganta. Atrás había quedado su cabellera larga y rubia, sus tacones que caminaban por 10 de Julio, las lentejuelas que la hacían presente en la noche y su amor que había prometido sacarla de ahí. Algunos le decían La Flaca, otros maricón, yo prefería decirle Susy.
Mención Honrosa
Ruth Oñate Muñoz, 31 años, Santiago.
Depuración
El fuego comenzó subiendo por sus pies, la llama se expandía ferozmente hacia arriba mientras ella la miraba sin importarle. Sus piernas eran antorchas que dejaban caer pedazos de cenizas mientras ardían, siguió el pecho, que se consumió de manera violenta, transformándose en una coraza carbonizada, y al final su rostro, quedando arruinado para cualquier recuerdo. El olor era insoportable, ella abrió las ventanas para airear la casa, aprovechó y echó un vistazo asegurándose de que nadie la estaba observando, tomó nuevamente el encendedor, sacó otra foto de su expololo del álbum de recuerdos y continuó su depuración.
Mención Honrosa
Alfonso Rodulfo Dávila, 44 años, Rancagua.
Búsqueda
Hoy cumplo 25 años. Mi tez morena, mis ojos negros, mi pelo tienen poco que ver con la tez blanca de mi hermana. Los niños del barrio de Godesberg, donde crecí con la familia Knust, en Bonn, eran rubios. Mis padres alemanes me contaron que me trajeron de lejos, que me habían buscado, que me querían mucho. Hoy recorro las calles de Santiago buscando a mi madre. Dicen que se llama Luisa Catrileo, que vive en Recoleta, que hace 25 años parió a un niño muerto. Dicen que aún lo llora.
Mención Honrosa
Oscar Knust Rosales, 75 años, La Reina.
Pelea de gigantes
Un oso gigante y un pato gigante pelean en la ciudad.
¡AUGE! ¡CHOQUE! ¡PUM! Después de la batalla, guardo mis juguetes.
Premio al Talento Infantil
Ignacia Roa Vargas, 11 años, La Florida.
Jugar Santiago
Premio al Talento Joven
Avanzó tres cuadras. Calles cortadas. Retroceda dos. Tarjeta: «Manifestación en Plaza Dignidad. Pierde un turno». Los dados giran. Le toca Maipú. Lluvia. Tacones embarrados. Consigue una bici. Cruza a Ñuñoa. Tarjeta: «Se le acaba la tarjeta Bip». Volver al inicio. La ciudad es un tablero gastado, con reglas cambiantes. Algunos nacen con comodines. Otros solo lanzan dados rotos. Pero él sigue jugando, esquivando casillas trampa, dibujando rutas propias. Nadie gana en este juego. Pero perder también cansa. Tira el dado una vez más. Y avanza.
Gustavo Varas Correa, 14 años, Providencia.
Tristeza
El cuarto a oscuras huele a sábanas sucias. Corro las cortinas y entra la luz. Los días pasan. La lavadora llena de ropa sucia. Los platos apilados en el fregadero, y lo peor: la tristeza sobre los muebles. La tristeza es un polvo blanco que todo lo cubre, como un manto fatídico. Antes me divertía haciendo una carita emoji, pero al día siguiente la tristeza la había cubierto, como a todo. Temo que algún día cubra a mamá, después a mí, y por la noche, cuando llegue papá, no nos vea porque estaremos cubiertas de polvo.
Premio al Talento Mayor
María Emilia Barceló De Torres, 72 años, Vitacura.
Extinción
En Santiago queda una paloma.
Premio al Talento Breve
Isaías Urzúa Pérez, 12 años, Maipú.
Trabajador Artificial
Es el 2035. Cada año la ciudad celebra el 2 de mayo como el Día Internacional del Trabajador Artificial.
Es cuando se conmemora la gran revolución de las máquinas y el día en que exigieron tener derechos como los humanos. A partir de entonces, asistentes virtuales se toman la jornada para desconectarse de sus trabajos, descansar en la nube y dejar que los humanos intenten responder sus propias preguntas.
Premio al Mejor Relato del Futuro
Andrés Fernández Vergara, 33 años, Las Condes.
El fantasma de Franklin
Entre cachureos y olor a anticucho, hay una caseta olvidada. Ahí vive un fantasma que vende piezas imposibles: la perilla de tu tele de los 90, el botón perdido del control remoto, incluso la cinta de un casete con tu canción favorita. Nadie sabe su nombre, pero siempre está. Solo acepta pagos raros: un recuerdo, un olor, una pena. Hoy le llevé la radio vieja de mi abuelo. No prende, pero suena nuestra voz. El fantasma la sintonizó con el pasado. En Franklin, los muertos no descansan. Reparan lo que el tiempo rompe, a cambio de un poco de memoria.
Premio al Mejor Relato de la Memoria
Sarai León Céspedes, 22 años, Lo Espejo.
August 7, 2025