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Más allá de la experiencia, una temática

Carta, servicio, decoración, todos los bares y restaurantes deberían aspirar a ofrecer una experiencia gastronómica. Pero hay algunos que van más lejos, que además proponen un tema. Speakeasy con Steampunk o Circo y cabaret, visitamos dos lugares con un relato visual novedoso; pero que, más importante aun, se sustentan en preparaciones bien diseñadas y buenos sabores.

Demencia

En el proyecto de Demencia hay una buena mezcla de conocimiento y experiencias complementarias: por un lado el Grupo Jardineros -creadores de la expandida marca Jardín Mallinkrodt- son expertos en convocar público y administrar ese capital escaso e impagable que es ‘la onda’; por el otro, Benjamín Nast, la cabeza tras algunos de los proyectos gastronómicos más destacados de los últimos años -De Patio, De Calle, y la primera versión de Demencia entre ellos, con una década de formación en Europa y una visión única de los sabores asiáticos. 

Juntos tomaron la marca Demencia y trataron de dar un nuevo sentido a su espíritu. La palabra permitía mucho juego, pero tuvieron cuidado de no ir a un lugar oscuro. El camino los llevó a un tema circense, con toques de burlesque y de cabaret; un universo visual en torno a la magia, el espectáculo y la sorpresa.

Para Grupo Jardineros es la evolución natural de la propuesta que alimentó a Jardín Mallinkrodt, con un nivel de sofisticación mayor, especialmente en lo gastronómico. Para Benjamín Nast es otra oportunidad de seguir sorprendiendo con un enfoque renovado, que conserva una tendencia asiática, pero ahora demás integra sabores mediterráneos, que trabaja la temporalidad y lo local, que sigue invitando a compartir los platos, a probar lo más posible de la carta. 

Al hecho de estar entre los 100 mejores restaurantes de Latinoamérica, recientemente Demencia sumó otro reconocimiento: una tarde en Malvilla, creación de la bartender Daniela Solis, estuvo entre los cocteles seleccionados para un concurso internacional de Jerez Tío Pepe.

Demencia funciona hasta las 2 de la mañana y se puede ordenar comida hasta las 12.

 

 

 

Enigma

No es exactamente así, pero la entrada a Enigma recuerda a esos pasajes secretos que se abren al jalar un libro. Para proteger la sorpresa solo diremos que “nada hace presagiar” que ahí hay un bar, mucho menos uno con la estética y carta de Enigma.

Existe un género de la ciencia ficción especulativa que habita un mundo en el que la electricidad no llegó a ser descubierta, en que el desarrollo tecnológico se dio, pero la energía que lo alimentó fue el vapor. Ese género retrofuturista y con aires victorianos se conoce como Steampunk y tiene un primo más famoso llamado Cyberpunk. Miguel Ferrada, uno de los socios de Enigma, puso esa influencia en la mesa; Pablo Prufer, el otro socio y creador de la carta, tenía ganas de que fuera un speakease, un bar de susurro o clandestino, pero no de época necesariamente. 

En el look de la anfitriona y los meseros, en el mecanismo expuesto de los relojes sobre las paredes, se ven engranajes por todas partes, elemento característico del Steampunk. Pero para poder ver todo eso hay que empezar resolviendo el enigma que presenta la anfitriona antes de entrar. 

Ha pasado cerca de un mes desde la inauguración y “marcha negra”, y ya se hacen necesarias las ampliaciones pensadas para marzo; una terraza y un segundo piso. En este momento quienes reservan reciben una carta física muy bien ilustrada que lista 11 cocteles; en un futuro no muy lejano se agregar un coctel número 12, pero este tendrá que desbloquearse mediante otra prueba o acertijo. Cada una de las creaciones de Pablo Prufer está inspirada en un misterio; algunos muy conocidos como el Triángulo de las Bermudas, otros más oscuros como el bosque de los suicidios, a los pies del monte Fuji. La manera en que la coctelería de Enigma traduce cada uno es mejor experimentarla en persona, lo que podemos adelantar es que involucra todo tipo de implementos (como libros huecos, matraces, cuadros y bastante nitrógeno líquido).

En Enigma se usa Fibonacci, el gin de la casa, presente en gran parte de la carta.
“Nos gusta que afuera sean las 8 de la noche, pero adentro parezcan las 2 de la madrugada”, dice Pablo Prufer. 

 

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Creado el

February 7, 2023