La noticia sorprendió tanto a nostálgicos ochenteros como a fanáticos de la música electrónica: Pet Shop Boys, íconos absolutos del synthpop, aterrizan en Viña 2026 con un show que ha llenado arenas en todo el mundo. Neil Tennant y Chris Lowe traerán su Dreamworld: The Greatest Hits Live, una gira que repasa más de cuatro décadas de hits como “West End Girls”, “It’s a Sin”, “Go West”, “Suburbia” o “Always On My Mind”, mientras despliega una puesta en escena que combina visuales futuristas, teatralidad y capas electrónicas impecables.

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Su presencia en la Quinta Vergara no es solo un guiño a la nostalgia: es un gesto generacional. Viña, un festival que ha sido históricamente conservador en su programación, abre espacio a un proyecto donde la música electrónica no es complemento ni moda pasajera, sino el corazón del espectáculo. Pet Shop Boys no solo fueron arquitectos del synthpop: fueron pioneros en llevar la cultura club a la masividad, décadas antes de que los DJ se convirtieran en estrellas globales.

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Que este show llegue a Viña es casi un acto poético. Un espacio que, por años, pareció estar en otra galaxia respecto al circuito electrónico, recibirá a un dúo cuya estética ha inspirado a productores, DJs y artistas de todo el mundo. Para la Quinta Vergara, acostumbrada a las cuerdas románticas, la balada potente o el pop latino de fórmula mundial, esta será una noche donde el beat manda, la pista de baile se impone y lo digital convive con lo monumental.

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La gira Dreamworld es, además, una celebración en sí misma: sintetiza la historia completa de Pet Shop Boys y demuestra por qué siguen siendo relevantes en pleno siglo XXI. Su propuesta escénica con luces cinéticas, visuales envolventes, instrumentos electrónicos en vivo y una narrativa musical casi cinematográfica, transformará la Quinta en un teatro futurista por una noche.

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Para Chile, es también una forma de actualizar la conversación. La presencia de un acto electrónico consolidado en Viña muestra que el festival, pese a sus tensiones y tradiciones, empieza a abrir espacio a nuevas sonoridades. Y en este caso, lo hace de la mano de dos leyendas vivas que entienden el escenario como un espacio total, donde cada canción es un capítulo y cada arreglo electrónico, un puente entre generaciones.

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La Quinta Vergara ya ha visto grandes momentos históricos, pero esta será probablemente la primera vez que la electrónica en su versión más sofisticada remece sus cimientos. Un festival que siempre miró al pop dominante, se prepara para recibir a maestros de la pista de baile. Y si hay un dúo capaz de hacer bailar a toda la Quinta, son precisamente ellos.

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