Para mí la música es inseparable de la imagen. se complementan, se potencian, y no puedo imaginar la pintura sin la música, no puedo imaginar imagen sin sonido. De hecho la mayoría de los títulos de mis pinturas son títulos de canciones también. Para mí la música es indispensable. 

Mi relación con la música empieza en mi niñez, cuando visitaba a mis parientes; a mis tíos por parte de mi abuelo paterno, que eran fanáticos de Pink Floyd, Jean Michel Jarré, Alan Parsons Project, Emerson Lake and Palmer y todo ese rock porgresivo. Para mí era un baño de ideas y de estímulos que era increíble. Estamos hablando de los años 70, cuando en Chile había mucha censura y la televisión  no daba muchas opciones. Todo ese mundo, esos vinilos para mí significaron toda una educación, me abrieron un universo alucinante que sigue presente. 

La música parte en la mañana con el canto de los pájaros. En este momento estoy viviendo en Barcelona y mi espacio da a un patio interior donde se escuchan los pájaros por la mañana. Para mí la música es como la luz, como respirar, está siempre presente. De ahí viene el trabajo de estudio, donde siempre hay sonido de fondo. Es muy raro que haya silencio en mi estudio cuando estoy trabajando. Después en la noche con los colegas, amigos, el bar, el concierto.

La música es cíclica depende del lugar, del ánimo, la temporada. Hay veces en que me obsesiona la música electrónica, luego el rock, me gusta mucho el rock. He pasado por la música clásica, el heavy metal, el folklore, el blues. Tengo un repertorio bastante amplio y se va dando por ciclos. Pero en general me gusta la música que tenga un toque rockero; electrónica o lo que sea, que siempre tenga un toque rockero.

Consumo muchísima música. Estoy siempre buscando. Estoy siempre tratando de ampliar mi repertorio. Tengo una playlist con miles de álbumes que ido acumulando con los años. Algo que me sorprende es que la música es infinita, siempre hay algo interesante, algo que uno no conoce; tendencias nuevas o a veces algo antiguo. Siempre hay algo que sorprende con la música. Está siempre creciendo. 

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1. El primer álbum que compraste y en qué formato. 

Cuando era niño junté el dinero y me compré un vinilo de Iron Maiden, “The Number of the Beast” y luego me compré uno de Los Beatles, “Sgt. Pepper’s”. Bastante diferentes, pero siempre he tenido un criterio bien amplio para la música. 

2. El mejor concierto de tu vida.

Quizás el concierto que más recuerdo fue el de Amanda Galáz en vivo, en Barcelona. Ella sola con un piano. Sentí que están en una misa negra y quedé embrujado por una semana. 

3. El que aún esperas. 

Hace poco estuve en un concierto de King Crimson y me encantaría algún día estar realmente en un concierto de Pink Floyd. 

4. Una época distinta a la tuya que te gustaría haber vivido por su música. 

Por alguna razón siempre he sentido una nostalgia, a pesar de que no estuve ni leventemente cerca, imagino el Londres de los años 60 y parte de los 70. Había  un movimiento ahí, no solo en la música, abarcaba también el arte, el cine. Me habría encantado haber vivido esa época. 

5. Tu hallazgo musical más reciente (músico o disco).

Ike Yard

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