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Volver al pasado: el revival de los clásicos de los 90 y 2000 que no suelta a la cultura pop

De Freaky Friday a The Devil Wears Prada, pasando por reboots televisivos y estrenos teatrales filmados como Hamilton, el regreso de los clásicos no es solo una moda: es una señal del estado emocional y cultural de toda una generación.

Por:
Now Mag

En una época dominada por algoritmos, estrenos express y una saturación de contenido nuevo que desaparece en 48 horas, hay algo curioso y cada vez más evidente en el comportamiento de las audiencias globales: el fanatismo por los clásicos de los años 90 y 2000 no solo no se agota, sino que va en aumento.

Ejemplos hay por montones. En cine, este año se anunció con bombos y platillos la secuela de Freaky Friday, con Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis retomando sus roles más de 20 años después del estreno original. Días después, Anne Hathaway, Emily Blunt y Meryl Streep confirmaron que volverán a la pasarela con una segunda parte de The Devil Wears Prada. Y en Broadway, el fenómeno teatral Hamilton anunció su llegada a los cines en 2026, un hito que busca replicar en la pantalla la misma emoción que generó en los escenarios.

El fenómeno no es casual. De hecho, está profundamente anclado en el estado emocional de una generación que, tras la pandemia, la inestabilidad política global y una era digital hiperacelerada, necesita reencontrarse con algo conocido, seguro, emocionalmente coherente.

Según la socióloga argentina María Julia Oliván, “la nostalgia no es solo mirar atrás con cariño, es también un intento de buscar estabilidad emocional en una época de incertidumbre constante”. En otras palabras, el regreso de Freaky Friday no es solo una jugada comercial: es una respuesta emocional colectiva.

Esto también explica por qué las películas nuevas, por más brillantes que sean, no generan el mismo nivel de fanatismo. No es que sean malas, es que no están cargadas del contexto afectivo con el que fuimos creciendo. The Devil Wears Prada no solo es una historia sobre moda y poder: para quienes eran adolescentes o veinteañeros en 2006, es una cápsula emocional de la época, con BlackBerries, revistas impresas y la idea de que el éxito era algo que podías alcanzar con un par de tacos y resiliencia.

Reboots, series y streaming: la fórmula del déjà vu

El revival no solo ocurre en el cine. En televisión, las plataformas de streaming han apostado fuerte por traer de vuelta títulos como Sex and the City (And Just Like That), That '70s Show (That '90s Show) o incluso Gossip Girl, con resultados dispares pero una intención clara: reconectar con un público que necesita referentes conocidos para volver a confiar en lo que ve.

Y aunque muchas de estas apuestas fallan en capturar la chispa original, lo que logran —y eso no es menor— es generar conversación, memes, nostalgia compartida. En otras palabras, logran volver a hacer comunidad.

En un país como Chile, donde las crisis sociales, los cambios políticos y la sobreinformación han sido parte del aire cotidiano en los últimos años, no es casual que también estemos volviendo a lo conocido. El revival no es solo una tendencia del norte global. Basta ver cómo películas como Legalmente Rubia, Matilda, Amelie o Clueless siguen presentes en redes sociales, panoramas, y hasta como inspiración estética de nuevas generaciones.

En el teatro local, obras escolares y universitarias siguen versionando títulos de los 90. En redes, las cuentas de cine pop chilenas tienen miles de seguidores que no se cansan de compartir escenas de Mean Girls, Chicago, Shrek o Titanic. Las nuevas generaciones no están rechazando lo antiguo: lo están redescubriendo.

Si todo vuelve, ¿significa que la industria creativa se quedó sin ideas? No necesariamente. Según el académico estadounidense David Sax, autor de The Revenge of Analog, lo que ocurre no es un estancamiento, sino una revalorización de lo físico, lo vivido y lo emocionalmente comprobado.

En una era donde todo parece líquido y fugaz, los clásicos nos dan forma, estructura y una sensación de pertenencia. Y quizás esa necesidad, la de no sentirnos solos en el mar del contenido, sea la más humana de todas.

¿Será que la próxima revolución cultural no venga de algo nuevo, sino de cómo volvemos a mirar lo que ya amamos? En tiempos tan inciertos, eso ya suena como un buen comienzo.

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Creado el

August 6, 2025