Lo primero que me nace decir es que como en todo orden de cosas, en nuestro país hay gestiones buenas, más o menos y francamente malas en relación con la gestión de residuos y el reciclaje. Y aún la regulación no es tan exacta como nos gustaría, pero hay un marco fácil de distinguir.

Si en tu comuna pasan por tu reciclaje, puedes preguntar con quién hacen esa gestión y exigir que te muestren el certificado de disposición de todos los residuos que retiran. La mayoría cumple con la norma y llevan lo recolectado a plantas de tratamiento autorizadas, donde gestionan los residuos que dejamos limpios y aplastados.También hay empresas privadas de reciclaje casa a casa, que pueden mostrarte abiertamente cómo son sus procesos, desde su logística certificada, el tratamiento y segregación que realizan en planta y la disposición final como materia prima.

Cuando los residuos llegan a una planta de reciclaje, se revisan, se separan y se re clasifican en los muchísimos tipos de residuos que hay. ¡Hay más de 50 tipos de plásticos y celulosas!

Cada tipo de residuo es distinto y se procesa y comercializa de manera distinta. Un ejemplo fácil: las botellas plásticas PET(1) se van a la planta procesadora de PET, el cartón a las empresas que vuelven a convertir en fibra el papel, el vidrio en vidrio y así. Estas empresas que son las que reciben residuos de las distintas casas, industrias y puntos limpios, son las que hacen el reciclaje, entendiendo que reciclar es “convertir un residuo en materia prima para elaborar un nuevo producto”.

En Chile tenemos empresas que procesan distintos tipos de residuos, pero aún nos falta muchísimo. Hay soluciones que existen afuera y que son caras para el volumen de residuos que generamos acá y por eso en ciertos casos terminamos exportando.

Lo bueno es que cada vez uno se encuentra con más emprendedores innovadores que dan una salida creativa a residuos que no tienen fácil comercialización. El problema ahí es el volumen. Cuando los residuos son a gran escala, la solución tiene que ser de la misma envergadura y a un precio competitivo para que haga que las empresas se entusiasmen en cambiar su mala costumbre de tirar todo a un mismo basurero.

En resumen, podemos decir que la industria del reciclaje crece a pasos agigantados, cada vez se incluyen pequeños presupuestos en organizaciones públicas y privadas para poder evitar que todo lo que desechamos se vaya junto a la basura.

¡Pero ojo! Es importante que como consumidores hagamos las preguntas necesarias para estar tranquilos y seguros que nuestros reciclables llegan al lugar indicado para transformarse, como un ejemplo claro de circularidad, que es a lo que apuntamos todos los que trabajamos en sustentabilidad. La famosa “Economía Circular”, tema del que con gusto les hablaré más adelante.

Paula Rojas L.
Mamá de Colomba
Jefa Comercial Rembre
Mentora WoomUp